Nuevamente el cada vez más pequeño círculo de dirigentes de partidos políticos y el tribunal electoral, junto con un puñado de representantes de organizaciones sociales se han reunido para discutir las reformas al sistema electoral panameño. Debo decir que como es tradicional siguen perdidos, probablemente a propósito, en una discusión estéril, divorciada del interés de la población en general. Escuché al presidente de tribunal electoral muy entusiasmado decir que en las reuniones estaban discutiendo la filosofía de lo que es un partido político. La discusión fue profunda y enriquecedora, afirmaba el magistrado. Que esto demostraba lo madura que estaba la sociedad panameña, políticamente hablando, sostenía. Es probable que haya sido tan profunda la discusión que habría que solicitar una retroexcavadora para desenterrar un mínimo de resultados prácticos a tal desperdicio de neuronas. Y como diría el genial caricaturista argentino Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino: Estamos como sociedad maduros, políticamente hablando… para que nos coman quienes… políticamente hablando.
Debo insistir que el método de elección es la génesis del problema de que los políticos electos no representen a lo mejor de la sociedad. He escuchado al presidente de la Asamblea de diputados, a propósito del escándalo del Fondo de Inversión Social (FIS), ahora semi- ahogado en medio de la mojadera de carnaval, que si querían que fueran a la provincia de Herrera y preguntaran sobre las bolsas de comida entregadas por él con el presupuesto del FIS. Que todas y cada una de las bolsas fueron entregadas y que por tanto no podían, en su caso, acusarlo de corrupción. Se me eriza la piel al percatarme no solo del nivel de cinismo sino de la bajísima escala de valores de los más importantes políticos en Panamá. Según este diputado, multimillonario accionista de la más grande productora de licor en nuestro país, es absolutamente lícito que él tome de mi dinero y del de todos los que pagamos impuestos para gastarlo en bolsas de comida para entregarlos a su nombre y beneficiase con la simpatía de los votantes de su circuito electoral. Que lo malo seria que se quedara con la plata y no entregara ni una bolsa. Igualmente un diputado del partido ahora en oposición en forma indignada afirma que todo el presupuesto del FIS que aparece a su nombre fue entregado en uniformes, bolas y todo tipo de implementos deportivos, porque él es un gran promotor del deporte en San Miguelito. Un gran promotor del deporte con nuestro dinero. Ahora entendemos por qué luego de prometer el cierre del FIS en la campaña electoral, el nuevo presidente nos desayuna con que… mejor no lo cierra, mejor lo reestructura porque ésta institución beneficia a los compatriotas más necesitados. ¡Que siga la piñata!
Debe establecerse específicamente, sin ambigüedades, que está prohibido a los políticos que directa o indirectamente entreguen dinero o cualquier tipo de prebendas aunque sean en especie, con financiamiento procedentes de las arcas del tesoro nacional durante cualquier época del año, ni de su propio patrimonio hasta seis meses antes del periodo electoral incluyendo las primarias de los partidos. Mientras estas medidas no se tomen en las reformas electorales tendremos candidatos con el mismo perfil que los actuales.
Algunos desprevenidos se preguntan por qué existe un nivel tan bajo de participación de mujeres como candidatas de los partidos ni en sus juntas directivas que no se compagina con la tendencia actual de que la mayor parte de las profesiones siguen graduando más mujeres que hombres. La respuesta salta a la vista: es debido a que las personas decentes, incluidas por supuesto la mayor parte de las mujeres, no quieren involucrarse en política, porque se desprestigian. Muy pocas y muy pocos, por no decir ninguno, ha sobrevivido al desprestigio personal siendo políticos.
Entonces la comisión de reformas, en vez de estar filosofando sobre lo que son los partidos políticos y sobre la inmortalidad del cangrejo, la comisión de reformas electorales debe discutir con urgencia notoria la forma de cambiar las reglas del código electoral, para de esta forma modificar el perfil de los candidatos y las candidatas. Es la única forma de evitar que en el mediano o corto plazo la mayor parte de la ciudadanía termine por desencantarse del todo y simplemente no participe siquiera con el derecho al sufragio. No es por supuesto la única razón de lo pésimos de nuestros dirigentes politicos, ni es la única reforma necesaria, pero por ahi hay que empezar, porque en el sentido que van las cosas seguiremos sufriendo en el futuro de la incapacidad de los politicos panameños.
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